TESTIMONIO #064
Ayer fui a la Misa de Misericordia.
Apenas pude subir al coche porque la pierna no podía subirla lo suficiente para subirme a él. Gloria a Dios, mil veces Gloria y Aleluya, cuando salí de Misa, subí como antes de encontrarme tan mal. Le doy mil gracias al Señor.
Esta mañana, cuando me he levantado, tenía una vitalidad que hace meses no tenía: me he puesto a hacer las cosas de la casa, pasar la mopa, pasar el mocho, limpiar el baño…; hacía varios meses que no podía, porque apenas podía andar. Debido al dolor de rodilla y al cansancio, iba siempre doblada, y andar para mí era un suplicio.
Gloria a Dios, hoy me he sentido viva de nuevo. Gracias Dios mío, mil gracias, hoy y siempre Gloria a Dios.
Esta tarde he estado con Él en el Sagrario.
¡Gloria a mi Señor, mi Dios!