Traer el Reino de Dios a la Tierra

TESTIMONIO #112

El otro día iba a hacer una gestión al banco y me crucé con un hombre, cuyo matrimonio tienen niños (bebés) de acogida. Iba con el carrito y al saludarnos me dijo que había visto mi testimonio en Mater Mundi y que lo había compartido. Y aprovechó para comentarme que el bebé, por las consecuencias del consumo de cocaína de la madre, cuyo bebé le habían retirado, tenía hipotiroidismo. Y allí mismo le pregunté su nombre y empecé a orar por él, dándole gracias al Señor porque le había dado la vida, y para que sanara toda herida y que sanase toda enfermedad.

Y anoche me manda un audio este hombre, con gran sorpresa de su parte y del médico, pues al hacerle el análisis le dijo que se le había ido el hipotiroidismo y que, en quince días, le haría otra prueba.

Como siempre digo:

Los cristianos no estamos en el mundo solamente para consolar, sino para que las personas experimenten la restauración de parte de Jesús que está Vivo en medio de nosotros. Desde la fe, obrando en Su Nombre, oramos para que las personas reciban las Bendiciones de Dios.

Porque nosotros los cristianos no somos periodistas, que simplemente cuentan las cosas que pasan. Nosotros estamos en el mundo no para contar, sino para transformar. Y esa transformación llegará cuando hagamos descender el Reino de Dios. Ese es el sentido de nuestra vida: Traer el Reino de Dios a la Tierra.

Padre, Glorifícate y Glorifica a Tu Hijo Jesús, por Tu Espíritu Santo. Amén.

Yo le pido al Señor en esta mañana que tu fe sea activada en el obrar Poderoso de Dios. Amén.

Gloria a Dios por Su Bondad.

Más, Señor, más de Tu Amor. Más de Tu Poder para Tu Gloria.

Bendiciones.