TESTIMONIO #158
Hola buenos días:
Quiero agradecer por la Vigilia de Pentecostés del sábado.
Una maravilla cómo nos lleváis a un encuentro con el Espíritu Santo.
Ayer iba con dolor de cabeza. En la medida que transcurría el día, el dolor seguía en aumento. Cuando una chica por micro dijo que alguien estaba siendo sano de dolor de cabeza, sentí que era yo, e instantáneamente entró un calor por mi cabeza que invadió todo mi cuerpo. Pensé que estaba sugestionada porque esta chica repetía que fuéramos invadidos por el Espíritu Santo. (Pensé que eran emociones.)
No me dio tiempo a seguir pensando porque en ese momento fueron un sacerdote y dos chicas a rezar por mí y enseguida caí al suelo. Aquel calor fue en aumento hasta dejarme en un estado de paz absoluta.
Al cabo de un rato me levanté sin nada de dolor y en un estado de gozo y paz inexplicables.
Hoy me he levantado feliz y llena de ese gozo (también lo repetía esta chica, que fuéramos llenos de su gozo). Estoy feliz de haber podido ir a celebrar Pentecostés con vosotros. Estoy en Alicante y por este motivo no podré ir a alguna Adoración, pero más adelante sí quisiera volver a ir a un retiro. Estuve con vosotros en Guardamar.
Gracias por todo lo que hacéis para llevarnos al Espíritu Santo.
Amparo.