Le he dejado a Dios ser el protagonista

TESTIMONIO #191

Esta era la segunda vez que recibía el retiro de «Perdón y Misericordia». La primera vez fue en julio de 2020, pero ni iba con el corazón abierto y confiado, ni tampoco entendía mucho este mundo carismático, ya que vengo de otra espiritualidad, ni mejor ni peor, pero sí diferente.

Como decía la primera lectura de la misa de ayer (06/03/2024): «Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos.» Y esto pretendo yo, contar para no olvidar las maravillas que ha hecho Dios en mí durante este fin de semana.

Lo primero que me impresionó fue que experimenté su Amor desde el momento en que me apunté, porque para nada tenía planeado ir. De repente me vi rellenando el formulario sin entender por qué lo hacía. Pero me gustó el hecho de que no partiera de mí la iniciativa, porque he jugado a intentar ser dios muchas veces, y es agotador. Sin embargo, desde hace cuatro años he empezado a dejar que el Espíritu Santo obre en mi vida.

Durante todo el fin de semana he sentido mucha paz, y lo que me ha encantado es que en los momentos donde el Señor me mostraba alguna herida, ha sido desde la paz y la confianza de que si lo hace, es para sanarla. No me escandalicé ni me asusté de mi pasado, todo lo contrario: lo viví con paz y como una oportunidad de redención por parte de Dios. También me dieron unas herramientas ante situaciones que me bloquean. Así que, le doy las gracias a la Comunidad Somos hijos de Dios por tanto bien que hacen en la vida de tantos.

He ido a muchas peregrinaciones y a retiros, pero este ha sido uno de los mejores. No he salido con frustración porque no se hayan cumplido mis expectativas o porque no haya encontrado respuestas, que considero importantes. ¿Y cuál ha sido la diferencia? Que le he dejado a Dios ser el protagonista. Así que, a todo aquel que me esté leyendo y se sienta desanimado o sienta que no avanza: confía, porque no eres un caso perdido.