Oración de Fin de Año

Oración Final de Año

En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en silencio y recogimiento
para decirte GRACIAS,
para pedirte: AYUDA,
para implorarte: PERDÓN.

GRACIAS

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que, con ternura y comprensión me miraron.
Por esa mano oportuna que me levantó,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron.

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor por la salud que me sostuvo.
Gracias, Señor… me cuesta decírtelo…
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tú lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.
¡Tú sabes lo que hiciste!

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la oscuridad.

Se canta: Gracias Señor, Gracias Señor,
Gracias Señor por tu Amor, por tu Bondad.

AYUDA

He venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.
Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.
Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tú sabes que yo no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos. Señor.

PERDÓN

No podría retirarme sin pronunciar esa palabra que tantas veces,
te debí haber dicho, pero que por negligencia y orgullo he callado,

Perdón, Señor, por mis indiferencias,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi silencio y por hablar demasiado.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido, no he querido perdonar.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que no es más que engaño a mí mismo.

Perdón, Señor, perdón.

Perdón por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por ese corazón que no amó.

Perdón, Señor, perdón.


ORACIÓN DEL SELLO

En el Nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo: Sello y protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor: mi persona, nuestra Familia, nuestros hijos, hogar, parroquia, nuestros sacerdotes, bienes y todas las actividades que realizaremos o en las que participaremos en el año 2024.

También nuestro consciente, inconsciente y subconsciente; nuestra razón, nuestro corazón, nuestros sentimientos y emociones, nuestros sentidos, nuestro ser físico, psicológico, y nuestro ser espiritual.

A nombre propio y de cada integrante de nuestra Familia, y de todos nuestros parientes y amigos, cercanos y lejanos. Todo lo que somos, todo lo que tenemos, todo lo que podemos, todo lo que sabemos y todo lo que amamos, queda sellado y protegido con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor.

Sello nuestro pasado, presente, futuro; sello nuestros planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes y enfermedades. Sello y protejo todo nuestro ser, toda nuestra familia, nuestras posesiones, nuestro árbol genealógico, todo queda sellado y protegido con el Poder y la Sangre de Jesucristo, el Señor, para que NADA ni NADIE pueda provocarnos ningún daño.

Me guardo y guardo a cada miembro de nuestra familia, en la llaga del costado herido de Jesús; Nos ponemos bajo el Manto del Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Amén, Amén, Amén.


Himno Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor,
te reconocemos.
A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos y
todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra,
te proclama:
Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero,
digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Creemos que vendrás como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.