Llego del retiro de Renovación en el Espíritu, de la Comunidad Somos Hijos de Dios y decido poner por escrito algunos de los regalos recibidos en agradecimiento a la acción de Dios estos días.
Hice el seminario de Perdón y Misericordia en el mes de marzo.
Tras la muerte de mi madre hace poco más de un mes anhelaba estar más tiempo con el Señor, sentir su ternura y escucharle. Pedirle luces.
La vida de esta comunidad me ha conmovido, sobre todo la oración continua, en comunión con el Padre Salvador y con nuestra Iglesia, por cada uno de nosotros.
La confianza en la acción del Espíritu y el servicio sencillo y alegre a cada persona. Latía la conciencia del valor de cada uno como Hijo de Dios y la seguridad de que es Dios quien actúa cuando quiere y como quiere.
El Espíritu Santo ha hablado en mi sin estridencias, «como una suave brisa» permitiendo ver mis heridas, mis trampas mentales, mi pequeñez e invitándome a ponerlo todo en sus manos.
Puedo con todo lo que me esclaviza porque estoy con Él, porque soy su hija amada y Él es mi Padre.
Estoy aprendiendo a renunciar a aquello que me oprime para que con su poder me libere y pueda vivir una vida plena, alabando y adorándole.
Gracias a Dios y también a SHD por ser instrumento de este regalo.
Retiro Renovados en el Espíritu. Octubre en Valencia