Querido padre Salvador:
Quiero agradecerle profundamente por su homilía y mensajes de Facebook, los cuales siempre llegan directo a mi corazón. Cada día espero con ansias sus palabras, que nunca dejan de impactar mi corazón y de fortalecerme.
Que Dios continúe bendiciéndolo a usted y a su Comunidad.
Espero con alegría y esperanza que pronto vuelva a ofrecer un retiro online y a compartir sus enseñanzas en Instagram, ya que hacen mucho bien.
Gracias nuevamente y que Dios lo colme de bendiciones.