TESTIMONIO #181
Quiero contar una experiencia y regalo recibido de parte del Señor.
En septiembre de 2023 hice el Retiro de Discípulos de Jesús.
Desde hacía un año, tenía un dolor muy fuerte en la base de los pulgares de la mano, que me impedía hacer muchas labores, como abrir tarros, coger cosas que pesaran, etc.
El viernes que llegué al Retiro, el dolor se incrementó en una de las manos. En un momento del Retiro, donde se pidió gente para que se rezara por ellos, yo solicité que se hiciese por mí, y rezaron por el dolor de mis manos.
Y desde entonces el dolor desapareció por completo.
Jesús está vivo y sigue actuando con todo su Amor, tal y como lo hacía en tiempos de los Apóstoles.
Este hecho me reafirmó en la fe, que ya había experimentado durante muchos años antes. Sigo siendo testigo del Amor que el Señor nos tiene a cada uno. Sé que me ama con locura. Gracias a todo mi proceso de crecimiento en el Espíritu, me siento hijo muy amado de Dios. Por ello le doy gracias cada día y en cada momento, venga lo que venga. El Señor ha puesto en mi corazón un deseo vivo de querer lo que Él quiera (con mil caídas torpes por mi parte, porque soy vasija de barro, pero con el Señor todo lo puedo, porque Él es mi fortaleza).
Él ha ido y sigue sanando mi corazón.
¡Gloria a Dios! Todo para su Gloria.
Bendiciones.