TESTIMONIO #133
Vuelvo del Retiro con tanta paz que hasta me da vértigo.
Anoche se lo dije a Hugo: «Tengo tanta paz que me da igual lo que hagan los niños…»
Pero también vuelvo rebosante de Amor de Dios.
Para mí ha sido un «nuevo clic». He vivido una unidad celestial con cada uno de los que habéis asistido (de las 3 comunidades). A los que no habéis estado, pues también, porque os he tenido en mi corazón.
Era algo que necesitaba, porque muchas veces me he planteado el no conocer a las personas de las otras comunidades… será por el intenso año que me ha tocado vivir, pero era como si me hubiese perdido algo; y el Señor, que es Magnífico y conoce tanto mi corazón, me ha dado esa luz que me faltaba. Ha completado el puzle de la unidad y me ha regalado ese conocimiento que tanto añoraba.
Los «paseos» con Jesús Eucaristía me han tocado; he sentido el estar paseando con un amigo que iba explicándome el porqué de cada uno. No sé expresarlo con palabras, pero ahora tengo una certeza que rebosa mi corazón y me enamora, aún más, de lo que SHD es.
Por otra parte, daros las gracias a todos por ser como sois, por darle vuestro «sí» al Señor, por dejaros transformar, por dejaros ser canales de Su Bendición, por dejaros llamar hermanos.
Os quiero desde lo más profundo de mi corazón.
Laura.