TESTIMONIO #078
En mi último viaje a Valencia con Fátima, fuimos a la parroquia de Salvador Romero para que me hiciera una oración de intercesión para poder sanar mi insomnio. Y estoy que no me lo termino de creer.
Desde ese día solo tomo melatonina, un medicamento que no exige receta de lo suave que es, y duermo bien, mis 7 horas y pico, incluso a veces viendo alguna película (que no se debe hacer).
También, desde ese día, no he vuelto a tener acidez ni a sangrar excesivamente. A pesar de que mis problemas digestivos no me preocupaban en exceso, también con eso me estoy viendo ayudado.
Sinceramente, vivo estos días en esa tensión que vivimos los sanitarios cuando aplicamos un tratamiento y, sencillamente, rezamos para que haga efecto. De momento la cosa está yendo bien, y doy gracias a Dios por ello.
Si no fuera tan «bien», daría gracias también porque me dio palabras de esperanza con respecto a mi vocación, con respecto a mi corazón, a mi relación con Dios… cosas que me ayudaron mucho.
Nada, que estoy contento, y que, cuando pensaba que ya me las sabía todas, el Señor no deja de sorprenderme y dejarme desconcertado.