Yo soy su hija y Él es mi Padre

TESTIMONIO #066

Testimonio del retiro «Renovados en el Espíritu» del 16, 17 y 18 de octubre de 2020, como servidora.

Quiero con este testimonio destacar que, aunque estamos llamados a ser servidores para Dios, es muy importante ser hijo antes que ser siervo.

«No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Juan 15, 15).

Y sí, estamos llamados a servir a Dios, pero Él antes quiere que nos sintamos y seamos hijos. El hijo busca al Padre y se deleita en Él, y también aprende a ser hermano.

En este retiro Dios reafirmó mi relación como hija de Él porque, aunque me siento su hija amada, hay un espíritu de orfandad que siempre nos quiere aislar y hacernos volver hacia atrás.

Y Dios es un Dios cercano porque es Abbá Padre, que quiere revelarnos su Paternidad, para sanarnos y llevarnos a que verdaderamente nos sintamos amados y sentados en los lugares celestiales con Él. Dios quiere que nos demos cuenta de que en ese lugar existe un deleite del Padre hacia cada uno de nosotros, porque fuimos creados para el deleite de Dios.

En los lugares celestiales hay realidades que no existen aquí en la tierra: no hay enfermedad, los recursos son ilimitados, hay plenitud de gozo. Y si verdaderamente lo creemos y lo vivimos como hijos amados, podemos traer esa realidad a la tierra.

«Hágase en la tierra como en el cielo.»

Solo los que viven como hijos y hermanos hacen familia y pueden manifestar a Dios, porque somos un cuerpo.

Cuando aprendemos a ver y a conocer el propósito para el cual Dios nos creó, hacemos equipos de hermanos, y juntos corremos a los brazos de Papá Dios, porque es ahí donde está el verdadero tesoro.

Fuimos llamados a construir un camino para que otros puedan llegar al corazón del Padre. Solamente comprendemos esto cuando aprendemos a ser cuerpo de Cristo, esposa de Cristo e hijos de Dios. De esta manera cuidaremos el corazón, porque de él mana la vida, pero también es engañoso. Que nunca perdamos de vista nuestro enfoque, que es el gran llamamiento que tenemos de ver a Jesús cara a cara.

El llamado que sentí en este retiro es a que aprendamos a relacionarnos desde una realidad de hijo de Dios, amados por Él, y a disfrutar de los éxitos de los demás. A jugar en el mismo equipo. Cuando Dios nos llama a afirmarnos como hijos, nos libera, y cuando nos relacionamos en una identidad sana, hay una sensación de plenitud. Las relaciones sanas potencian los planes de Dios. La revelación de la paternidad de Dios sana todo trauma, sana la amargura, sana la soledad, sana las diferencias que nosotros mismos hacemos. Si cambiamos la comparación por bendición, si le damos valor a nuestros hermanos y vemos el oro que Dios puso en ellos, viviremos en plenitud y colaboraremos en el plan de Dios, porque lo que se nos da por gracia, debemos darlo por gracia. Somos cauces de la gracia de Dios; ser bendición para otros como nosotros hemos sido bendecidos. Y aun así seremos más bendecidos, aunque debemos hacerlo todo por amor, porque Dios es derroche de amor.

«Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí» (Juan 17, 23).

Esa fue la palabra que cerró el retiro para mí, después de Luz y Misericordia. Y fue ahí donde pude manifestar a varias personas a Cristo, esperanza de Gloria. Pude ver como las personas sintieron el amor de Dios, les cambió su rostro, y solo ahí me sentí plena y feliz porque pude ser una embajadora del Reino. Pude experimentar el verdadero deleite de Dios viéndome actuar como verdadera hija que bendice a sus hermanos, pude ser luz en las oscuridades de otros.

Yo le pido a Dios que nos dé un corazón seguro en obediencia, porque Dios solo quiere lo mejor para nosotros y nunca nos va a desamparar, nunca tendrá planes egoístas, sino planes de bien. Que Él restaure nuestra visión desde un lugar de hijos. Que purifique nuestra manera de ver y de actuar y nos acerquemos a Él sabiendo que Él siempre es quien nos guía.

«Todo lo que un hijo ve hacer a su padre, eso hace. Nada podemos hacer sin ti, Abbá. Con cuerdas de amor nos atraes y nos llevas más cerca de tu corazón. Abbá, pertenezco a ti. Cada latido de tu corazón suena en mi interior.»

Nota: Que los que nos vean, vean al Padre. Oro a Papá Dios para que tengamos un corazón dependiente de su presencia para amar a otros y que podamos darles paternidad. Esa es la verdadera manifestación de los hijos de Dios.

… «Yo solo sé que yo soy su hija
y Él es mi Padre y mi Padre me Ama» …
Y a ti también te Ama.

Bendito y alabado sea Dios.

¡Gloria al Rey de Reyes!

Adri, Comunidad Somos hijos de Dios.

Anda con una alegría en su corazón

TESTIMONIO #065

También quiero compartir y dar la Gloria a Dios.

Ayer, en la oración por las personas que no estaban presentes, mi mamá era una de esas personas que estaba viendo la Misa por Facebook. Cuando el padre Salva oró por ella, ella sintió algo muy fuerte, empezó a llorar y hoy me ha compartido que se ha sentido mucho mejor, que anda con una alegría en su corazón; también ha empezado a cantar y a alabar al Señor como lo hacía antes, pues mi mamá ha sufrido problemas de depresión desde hace 3 años, y para Gloria de Dios, hoy me ha dicho que se siente feliz y llena de gozo.

Bendito sea mi Señor, gracias Jesús, tuya la Gloria por siempre.

Mil veces Gloria y Aleluya

TESTIMONIO #064

Ayer fui a la Misa de Misericordia.

Apenas pude subir al coche porque la pierna no podía subirla lo suficiente para subirme a él. Gloria a Dios, mil veces Gloria y Aleluya, cuando salí de Misa, subí como antes de encontrarme tan mal. Le doy mil gracias al Señor.

Esta mañana, cuando me he levantado, tenía una vitalidad que hace meses no tenía: me he puesto a hacer las cosas de la casa, pasar la mopa, pasar el mocho, limpiar el baño…; hacía varios meses que no podía, porque apenas podía andar. Debido al dolor de rodilla y al cansancio, iba siempre doblada, y andar para mí era un suplicio.

Gloria a Dios, hoy me he sentido viva de nuevo. Gracias Dios mío, mil gracias, hoy y siempre Gloria a Dios.

Esta tarde he estado con Él en el Sagrario.

¡Gloria a mi Señor, mi Dios!

Oración de sanación

TESTIMONIO #063

En la celebración del domingo 25 de octubre de 2020, después de la Misa, en el momento de la Adoración, un calambre me recorrió los brazos cuando el sacerdote hizo la oración de sanación. En cuanto pronunció las palabras de liberación del espíritu de depresión, sentí que el calambre me recorría los brazos y el espíritu salió de mi cuerpo.

Cuando rezaron por mi espalda, también sentí liberación, la respiración se volvió agitada y nerviosa, pero me liberaba.

Lo hacéis especial

TESTIMONIO #062

Daros las gracias. El retiro, fenomenal. Os puntúo con un 10.

Espiritualidad, formación, amor, belleza, presencia de la Virgen María, de grandes santos. Lo que más me gustó, la escuela profética. Creo que faltaron miembros de la Comunidad, sería por las normas COVID. Esperamos verles en los próximos retiros. Cuando estáis juntos en las Adoraciones, lo hacéis especial. El regalo de la Virgen de Medjugorie en la almohada para dormir, una pasada.

Gracias.

Bendiciones y un abrazo para toda la Comunidad Somos hijos de Dios. Sois únicos.

Inmaculada.

Estoy feliz

TESTIMONIO #061

Que sois maravillosos. Estoy feliz de conocer a esta Comunidad. Cada uno aporta algo especial en la vida de alguien. Desde el que canta hasta el que reparte los bombones, pulseras, palabras, los que ponéis las flores, las que os encargáis de las velas, los altares (el de La Virgen y Los Santos, precioso, con el nuevo beato que nos hace más cercana y creíble la santidad), el teléfono, etc.

Todo cuidado con mucho detalle; nos sentimos mimados y atendidos todo el tiempo.

Palabras del Espíritu Santo, palabras de la Virgen y su almohada (bellísimo detalle), palabras de santa Teresa y padre Pío (madre mía, me hablaron directamente al corazón). Una sonrisa de cada miembro de la Comunidad, las chuches que repartió una hna. siempre desbordando alegría, la profecía, las enseñanzas, varios abrazos en Luz y Misericordia. Un café que me invitó una hna. de la Comunidad, con unas galletas en su recinto de trabajo. Una palabra a tiempo que me dio otro hermano.

Se echó de menos la alegría de una hna. que siempre está en la tienda y la atención de otra mujer que no sé su nombre, pero que siempre está en la acogida, y la de otra chica que veo en las Adoraciones, al igual que otro chico y su guitarra.

Sois muy especiales y llenos del Espíritu Santo. Gracias, muchas gracias. Dios os siga bendiciendo con más Amor, porque desbordáis de Amor.

Todo lo haces nuevo, palabra y canto que tocaron mi alma ¡y me hicieron nueva otra vez!

¡Gracias!

Bendiciones.

Como una niña pequeña en sus brazos

TESTIMONIO #060

Quiero dar gracias al Señor por los maravillosos regalos que me ha hecho:

En el fin de semana pasado he vivido mi primer retiro de «Renovados en el Espíritu» con el padre Salvador y la Comunidad Somos hijos de Dios.

Quiero dar muchísimas gracias al Señor por poder asistir, al padre Salva y a todo el equipo por todo, desde cuidar el mínimo detalle y la gran delicadeza en la preparación, oraciones y acompañamiento a lo largo de estos tres días.

Es difícil describir con palabras lo que se siente, cómo se vive una experiencia así. Simplemente hay que vivirla. El Señor ha sido muy generoso conmigo.

Soy bastante racional, intento controlar todo y pienso de continuo. He llegado al retiro cargada de tristeza, atacada de pensamientos negativos, que el enemigo metía a mi cabeza. En la oración de Efusión del Espíritu Santo, por primera vez he sentido el descanso en el Espíritu. Luego, no sé de dónde, parece que se habían abierto las compuertas de mi ser y lloré a mares. Había experimentado un gran alivio y una paz profunda, así el Señor me liberó de mis cargas.

Pensaba que esto era todo y me sentía muy bien y muy agradecida al Señor. Pero al día siguiente me esperaba otro gran regalo.

En la oración de Luz y Misericordia el Señor me regaló una experiencia única y maravillosa. En el fondo de mi ser yo me sentía como huérfana, sobre todo me costaba mucho dirigirme a Papá como a alguien que me quiere y que todo puede, como si no tuviese derecho de insistir y pedir. Cuando rezaba el Padrenuestro, sentía que el Padre estaba muy alto y muy lejos. El Señor me regaló una experiencia de verme como una niña pequeña en sus brazos. Y en mi corazón escuché las palabras «Te he recuperado» y «Ahora todo va a ser nuevo en tu vida».

Y así me siento, como hija de Dios; cuando me dirijo a Él, me siento suya y que el Papá me quiere y le importa mucho mi vida.

En las dinámicas que hemos hecho en el retiro he visto cómo el Señor nos utiliza para ayudarnos mutuamente; el Espíritu Santo nos inspira, solamente hay que escucharlo.

Todavía estoy en proceso de asimilar todo lo que he vivido. Como ha dicho el padre Salva, hemos recibido más de lo que hemos percibido. Ya he notado un gran cambio en mí; ahora estoy abierta a las bendiciones del Papá, a todo lo que Él quiere darme a mí, y a través de mí a todos a quien quiero y por quien rezo.

Muchas gracias al Señor Jesús por llevarme a nuestro Padre Celestial, muchas gracias al Espíritu Santo por todo lo que me ha permitido vivir. Muchas gracias al padre Salva, y al equipo, a Adriana, Teresa, Alejandra, Sergio, Alejandro y a todos, que no conozco los nombres, por su servicio, su calidez humana, sus oraciones.

¡Gloria por siempre al Señor Jesús! Bendiciones para todos, ¡un abrazo en Cristo!

Mila, hija de Dios.

Oración del Cerco de Jericó

TESTIMONIO #059

«Te doy gracias Señor de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca, te cantaré en presencia de los ángeles, y me postraré ante tu santo Templo, daré gracias a tu Nombre, por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre» (Salmo 137, 1-2).

Doy gracias al Señor por su Amor infinito derramado tan sobreabundantemente sobre mí y sobre todos los que nos unimos en adoración en la parroquia de San Ramón Nonato. Bendigo al Señor por el padre Salva y la Comunidad Somos hijos de Dios, por su paso tan amoroso, sanador y liberador por mi vida, a través de ellos. También quiero dar las gracias al padre Salva por haber hecho la oración del cerco de Jericó en la parroquia. Ha sido una gracia inmensa de sanación y liberación.

En este testimonio voy a compartir algunas experiencias que he vivido durante el cerco de Jericó, teniendo presente lo que dice el padre Salva: «Es más lo que se recibe que lo que se percibe.» En fe estoy completamente convencida que voy (y vamos) a ver grandes frutos de esta oración, de hecho, mi corazón está lleno de alegría profunda y alabanza por este convencimiento.

A lo largo de la oración he sentido liberación en mí, durante los siete días, y he notado una mejoría a nivel de salud. El Señor me ha regalado varias experiencias por las que estoy muy agradecida. Quiero compartirlas porque pienso que pueden ayudar a alguna persona.

Uno de los días, me venía, durante unos minutos, la imagen de la Virgen María Rosa Mística y me di cuenta de su relación con las escarchas doradas que vi días antes, durante la oración. Las escarchas de color dorado indican sanación, es decir, que la Virgen estaba indicando que el Señor iba a derramar gracias de sanación durante los siete días, y que ya las estaba derramando. Esto lo recibí como algo personal pero también como una gracia para la asamblea. Más de un día, durante la oración, sentí que la Virgen estaba allí presente, trabajando con Jesús, en nuestros corazones. Uno de los días sentí a Jesús y a ángeles que se movían por la asamblea. También percibí la presencia de los ángeles, que estaban alrededor del Santísimo, llenos de alegría por la obra que el Señor estaba haciendo en nosotros. El Cielo estaba presente trabajando a nuestro favor con gran Amor.

Todo lo que el Señor me ha permitido experimentar por su Infinita Misericordia, ha sido precioso. Sé que es una pequeña parte de todo lo que él ha hecho en mí, en todas las personas que he puesto en esta oración y en la asamblea. A veces el Señor nos da estas gracias para aumentar nuestra fe en su Amor y en su acción Todopoderosa. Él siempre está de nuestra parte, trabajando en nuestros corazones.

Creo firmemente que vamos a ir viendo los frutos de esta oración.

«¡Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras!»

Todo lo que el Espíritu Santo quiere hacer en ti

TESTIMONIO #058

¡Hola a todos!

Este era el segundo retiro al que iba con el padre Salva. El primero fue en Fátima, pero de allí me fui con mucho sentimiento de frustración, pues no conseguí «dejar la cabeza en la habitación» para abrir el corazón.

Soy una persona muy racional y llevaba un tiempo de sequía en cuanto a la fe. Sin embargo, después de estar años así, puedo decir que he vuelto a «flipar» viendo los carismas y los dones que el Espíritu Santo te puede dar y todo lo que quiere hacer en ti. Esto me llenó de alegría el corazón porque volví a la experiencia del Amor de Dios.

Desde el minuto cero recibí palabras, y las que más me ayudaron fue el hecho de saber que yo era un foco de luz en mi trabajo (soy Educadora Social y trabajo en un piso de acogida para personas privadas de libertad). Frecuento mucho la cárcel y veo muchos sufrimientos que se escapan de mis manos. Pero el hecho de que una mujer me dijera que yo iba a ser ese foco de luz en mi trabajo, para mí fue un consuelo. Al igual que ver que Dios también me ha regalado dones que puedo poner al servicio de los demás, que puedo ser un instrumento suyo.

Por otra parte, otra mujer me dijo que yo era importante para Dios y que Él tenía un designio para mí que me iba a revelar. Escuchar estas palabras también fue muy sanador, pues considero que es muy importante saber «para qué vives, cuál es tu misión en la Tierra».

Podría testimoniar y decir muchas cosas más, pero no me quiero alargar. Sólo decir que ¡gracias por tanto! Vuelvo a casa muy feliz y contenta de empezar a ver lo que Dios puede obrar en y a través de mí.

Lucía Escrivá.

Feliz, bendecida y desbordada por tanto Amor de Dios

TESTIMONIO #057

Quería expresar mi acción de gracias inmensa por el retiro.

No puedo más que alabar, bendecir y dar gloria a Dios por tantísimas gracias derramadas en este retiro. Me siento muy feliz, bendecida y desbordada por tanto Amor de Dios. También estoy muy agradecida al padre Salva y a los hermanos que han estado sirviendo con tanto amor y alegría, con tantos detalles que nos hacen sentir lo que somos, hijos de Dios.

Estoy tan agradecida que al volver fui a la Adoración y ofrecí una hora de Adoración pidiendo al Señor que os dé el mil por uno. Gracias también a quienes habéis estado rezando por los que estábamos en el retiro.

Ha sido maravilloso, al final del retiro, ver que las miradas y los rostros de todos cambiaban por el paso fuerte del Señor en nuestras vidas.

¡Gloria a Dios por tantas bendiciones, por la sanación y liberación que ha obrado en todos los corazones!

María.