TESTIMONIO #192
Hola. Soy Alfredo, de Zaragoza.
Entre tanta gente que estuvimos en el retiro el pasado fin de semana, no se si me identificas. Soy el que estaba sordo y el que hizo paracaidismo.
Nos dijiste el último día que agradeciéramos nuestro testimonio. Pues aquí va el mío.
Primero decir que me sentí muy a gusto y muy cómodo. Disfrute mucho alabando a Dios con alegría.
Aprendí muchísimo. No soy primerizo en estos temas. He estado colaborando varios años en el ministerio de liberación en Zaragoza. Y conozco la temática de la sanación.
Pero aprendí muchas cosas nuevas. Por ejemplo, la influencia de nuestros pensamientos, el arma (la renuncia) para cortar la influencia de pensamientos negativos, y muchas cosas más. También refresqué otras cosas que sabía, pero las tenía olvidadas.
Pero lo más importante (lógicamente) es lo que se refiere a mi vivencia espiritual.
Estoy convencido por la fe de la influencia en mí de todas las oraciones que se hicieron. Aunque no fui regalado de experiencias sensibles, sé que esto no es lo más importante (el justo vive de la fe). Pero tres días después del retiro, noto el impulso que este me ha dado en mi vivir cristiano. Pido a Dios que este impulso no cese. Estoy haciendo las oraciones de renuncia. Noto su efecto. Y no precisamente porque me noto con gozo cuando las hago. Justo al revés. Noto en mí dolor. Creo que eso es buena señal. Que tienen efecto en mí y que tengo que perseverar. Me ha encantado toda la información que nos distéis en las hojas. Pero, sobre todo, la de las oraciones de renuncia. Una cosa de tantas que he aprendido es lo malo de reprimir nuestras emociones…
Orasteis por la sanación de mis oídos. Dios no me sanó en aquel momento (bendito sea). Pero:
Ayer miércoles tuve revisión de oídos en el otorrino. Y me dijo que podría ser que mi problema se debiese a una calcificación de huesos del oído. Problema que se podría solucionar con una operación. Es decir, por primera vez tengo una esperanza.
Bendito sea Dios.
Tengo una gran sensación de agradecimiento a ti y a todo el equipo. Os animo a continuar. Por supuesto, intentaré estar en el segundo retiro.
Un abrazo a todos en María Santísima. Os encomendaré a la Virgen del Pilar.
Viva España, viva la Inmaculada Concepción y Viva Cristo Rey.