Una puerta abierta de gracia y bendición

TESTIMONIO #050

El retiro de Fátima, para mí, fue muy especial porque en ese lugar había una puerta o hay una puerta abierta de gracia y de bendición de Dios para el mundo. Un cielo abierto que permite que nuestro corazón se disponga para ser canal de gracia, se ensanche, se renueve y se purifique para poder recibir la revelación que Dios Padre quiere revelar a cada uno de sus hijos. Para mí personalmente, en medio de todas mis vivencias puedo destacar que el Espíritu Santo me fue guiando a una revelación de la fidelidad de Dios en los últimos tiempos y el cómo mantenerme fiel aún en medio de la persecución. Me mostró un cielo nuevo y una tierra nueva (que puede ser también que mi corazón estuviese más abierto y renovado para recibir esa gracia de Dios), al igual que su plan de salvación y de redención que tiene preparados para el fin de los últimos tiempos, enseñándome a lo que estamos llamados como miembros del cuerpo de Cristo: profecía, a la revelación del libro del Apocalipsis y a ser precursores como Juan el bautista, precursores para otros que vienen detrás.

El fin de los tiempos no es otra cosa que preparar la tierra para la venida de Jesús. Jesús primero se va a revelar como esposo (y ya lo está haciendo en muchos corazones), el amor de Dios como esposo y esa fidelidad que le acompaña; aunque seamos infieles Él siempre permanece fiel. También el tema de la fidelidad para que cuando seamos perseguidos nos mantengamos fieles. En todos los momentos de oración, en las Eucaristías, Adoraciones, efusión, en la capellina, en el Via Crucis y en mi oración íntima; estuve todo el tiempo guiada por el Espíritu Santo hacia el libro del Apocalipsis. Porque a través de este libro es Dios Padre dándonos la revelación de Su Hijo Jesús. Eso era lo que yo sentía que Dios Padre quería revelarme. Es el único libro en toda la Biblia que tiene una bendición para el que lee, guarda y escucha esta profecía. (Cada revelación que yo iba teniendo la iba verificando con la Palabra de Dios; creo que el Señor esto es lo que quiere para que no nos confundamos). Constantemente me venía la palabra discernimiento.

Apocalipsis 1, 3: «Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca.» Dios da una gracia muy grande con esta promesa. En uno de los momentos de oración en la capilla vi cómo me entregaba este libro (ya me ha pasado con otros libros con los cuales he soñado y he visto en momentos de oración) y sentí que me dijo: «Esta es una perla que tienes que cuidar y cultivar para que llegado el momento puedas enseñarlo a los demás. Donde brillará con tanta luz que todos quedarán impactados. (Ahondar en el Apocalipsis). No hace falta que entiendas todo, pero sé obediente en todo. (Sentí de parte del Señor).» El Apocalipsis es un libro para los sencillos y no sabios. No es que esté mal ser sabio, pero Dios quiere valerse de los sencillos. 1 Corintios 1, 27: «Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.»

En la medida que sentía que tenía que estudiar este libro (que aún no lo he hecho; solo he verificado las palabras que el Señor ponía en mi corazón porque sentía que me decía que toda revelación y palabra que me fuese dada tenía que ser verificada. Y que estudiar el Apocalipsis tenía que hacerlo dependiendo absolutamente del Espíritu Santo (Juan 16, 13: «Él nos guiará a toda verdad»). El secreto está en la humildad para que Él nos enseñe y nos guíe a esa verdad. Me mostraba que la intimidad con Dios es muy importante, porque ahí en el lugar secreto entre Él y yo es donde Él se muestra resplandeciente y que a medida que más nos acercamos a Él, necesitamos más ojos espirituales para verle. Cuanto más cerca estés de Él, te transformas y Él te da más entendimiento y sabiduría. De ahí esta palabra. (El que está sentado en el trono es Dios Padre). Apocalipsis 4, 8: «Los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, están llenos de ojos todo alrededor y por dentro, y repiten sin descanso día y noche: Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, Aquel que era, que es y que va a venir.» El Espíritu Santo es quien me ha ungido para darme revelación y esto es para todo el cuerpo de Cristo, pero se necesita esa intimidad con el amado (1ª de Juan 2, 20). Sentía que me decía que siga orando por más revelación y que enseñara a los demás que este era el secreto. Y me dio esta palabra de 1ª de Juan. Todo el tiempo mantuve una guía con Él a través de la palabra de Dios, que ha sido la lámpara que me ha iluminado en Fátima y me ha hecho conocerle más y enamorarme más de Él. Luego me regaló esta palabra. Sentía que me iba guiando por ella y cada versículo que me daba iba entrelazado con toda la vivencia y revelación que yo iba teniendo.

Efesios 1, 17: «Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente.» Sentía que me decía que era muy importante una correcta revelación de los últimos tiempos para no tener miedo, porque había sido el enemigo quien se había encargado de crear miedo con este libro para que no estuviésemos preparados ni hiciésemos lo que tenemos que hacer para prepararnos para esta nueva etapa de la venida de Jesús (yo no creo que esté en ese momento, pero que sí nos estamos encaminado a ello; entonces todo este conocimiento tenemos que dejarlo como legado y ser precursores del camino para los que vienen detrás de nosotros). Nuestro entendimiento para este final de los tiempos nos llevará a accionar de una u otra manera. Tenemos que pedir mucho discernimiento y no estropear el plan de Dios, porque hay muchas cosas que podemos estropear y me daba el ejemplo como cuando Pedro cortó la oreja del soldado (no quería dejar que se cumpliera la voluntad de Dios, por eso tenemos que estar atentos y no tener miedo, porque hay cosas que tienen que pasar para que se cumpla lo dispuesto por Dios para la venida de Su hijo Jesús). Este libro del Apocalipsis también revela la victoria de Dios sobre el enemigo, por eso Dios nos invita a escudriñar Su palabra. Las interpretaciones se quedan para cada uno. Tenemos que entender el propósito de estudiar el Apocalipsis; más que el qué, es el para qué. Hay misterios que serán revelados en ciertos momentos y no nos los revelará desde ahora porque Dios nos conoce y por nuestro bien no nos da toda la revelación. El propósito de entrar en este libro profético y revelador es que se despierte un entendimiento de que Jesús viene y tenemos que prepararnos bien. Una vez Dios ya destruyó la tierra y prometió no volver a hacerlo. Me regaló la palabra de Jeremías para que mi alma estuviese en paz. Así lo sentí por otras vivencias que tuve que ya compartiré más adelante. Jeremías 4, 27: «Porque así dice Yahveh: Desolación se volverá toda la tierra, aunque no acabaré con ella.» Hay una coherencia grande entre todos los libros de la Biblia; el libro del Apocalipsis guarda mucha relación con el libro de Daniel, quien lo escribió miles de años atrás. Esto muestra la evidencia de Dios que de generación en generación le habla a su gente. Y me regala esta palabra:

2 Pedro 1, 19: «Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana.» 2 Pedro 1, 20: «Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia.» 2 Pedro 1, 21: «Porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios.» Cada día fui entendiendo cosas y después, cuando llegué a casa, lo primero que hice fue escribir y seguir verificando con la palabra de Dios lo que escribía. Han sido momentos difíciles porque he tenido mucho ataque del enemigo para hacer este escrito, con lo cual me hace pensar que no quiere que yo lo dé a conocer, pero como siempre Dios sale en nuestra ayuda y para su Gloria he podido dejar plasmado algo de aquello que pude vivir en Fátima.

Escrito: El libro de Apocalipsis revela la gloria de Jesús (Apocalipsis 1, 1) y para preparar a la tierra para Su venida. Jesús en este tiempo nos está revelando los detalles esenciales para equiparnos con el fin de participar plenamente en con Él. Apocalipsis es: revelación de la Gloria de Jesús, de la Gloria de la Iglesia, de la Adoración y alabanza celestial, del plan de batalla de Jesús, de los juicios, de Dios sobre el maligno y su ejército y el establecimiento del reino eterno, de los cielos y la nueva tierra. Estamos entrando en un nuevo mover del Espíritu que es la profecía del libro de Apocalipsis, donde se describe el poder que el Espíritu Santo va a derramar a través de la Iglesia como pasó en la Iglesia primitiva y está descrito en el libro de los Hechos. Libro del Apocalipsis: libro de los hechos de los últimos tiempos.

Apocalipsis es el plan de batalla de Jesús para hacer que el pecado escondido en el corazón del hombre salga completamente a la luz y luego echar la maldad fuera del planeta. Los juicios de Jesús son derramados para remover todo lo que obstruye el amor. Él está en batalla para poder llevar a cabo Su boda (las bodas del Cordero). Características de Jesús reveladas en el Apocalipsis cuando se revelan los últimos tiempos que están revelados en el Apocalipsis. No tenemos que frenar lo que Dios va a hacer en la tierra. La Gloria de Jesús y su plan maestro para llevar la tierra de cómo está a lo que profetiza la Biblia. Apocalipsis 15, 4: «Todas las naciones le Adorarán.» En el Apocalipsis está el plan de Dios.

Esta transformación está para hacerla con la Iglesia. Por eso el diablo ha enviado películas y todo en contra del Apocalipsis. Armas espirituales desatan victorias permanentes y eternas. Qué es Apocalipsis: revelación de Jesús Cristo. Una persona llamada Jesús. El enemigo se ha metido ahí, para que no se entienda. El tema es tener la revelación correcta de quién Dios es. Esta revelación la da el Padre. ¡Es el Padre hablando de Jesús! Los Evangelios son los discípulos hablándonos de Jesús, pero el Apocalipsis es el Padre hablándonos de Jesús. El enemigo no quiere dejarnos que Papá Dios nos hable de Su hijo para que no nos enamoremos de Él y no se realice la voluntad de Dios. Estamos llamados a entender el plan de Dios; es ver a Dios sin velo, ver el plan de Dios, ver como Dios va a acabar con el enemigo y el pecado sin velo. El regreso de Jesús sin velo, la eternidad sin velo.

Revelación que nos transforma. Descubrimiento de la Gloria de Jesús. Enlazo aquí otro escrito en el cual el Espíritu me sumergió que es el tema de la profecía a la que estamos llamados como cuerpo de Cristo. El don de profecía no es solamente dar una palabra profética a una persona o a una asamblea, sino enseñar a la Iglesia a vivir la verdadera vida de Jesús. Ser guiados y movidos por el Espíritu Santo, escuchar la voz del Padre y darla a conocer a otros. El propósito de este don es traer la realidad de Dios al mundo natural. Cuando el mover profético se activa, los milagros se manifiestan.

El enfoque de este don es traer la fresca revelación del corazón de Jesús. Es sentir y mostrar su corazón. Aunque gran parte de la profecía Bíblica tiene que ver con el futuro, gran parte de ella está enfocada en traer una viva manifestación de aquello que ocupa el corazón de Dios. Sus deseos, su voluntad, sus exhortaciones, sus juicios, su amor. La Biblia es la profecía más segura, y que expresa la naturaleza de Dios en plenitud. El entendimiento de los tiempos es una pieza esencial en este ministerio profético. 2 Pedro 1, 19: «Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana.» 2 Pedro 1, 20: «Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia.» 2 Pedro 1, 21: «Porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios. La verdadera naturaleza del don profético es pasión por el corazón de Dios. El apóstol Juan escribió en Apocalipsis 19, 10: «Adora a Dios porque el testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía.» La profecía tiene que ver con revelar el corazón, el carácter y el sentir de Jesús en medio de los tiempos.

Os pido mucha oración por mí y también os invito a pedir al Espíritu Santo que os guíe a través de la palabra de Dios, porque es el mismo Dios guiándonos, y este regalo no es solo para mí, es para todos. Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo. En todo momento me sentí acompañada y protegida por Mamá María, quien fue la que peleó la batalla por mí para que yo pudiera entender y proclamar la grandeza de Dios, a través de cada momento vivido en ese lugar celestial escogido por Dios para que la Santísima virgen maría venga a ayudarnos, a interceder por nosotros y a formar su ejército de apóstoles renovados para un nuevo Pentecostés que la Iglesia católica necesita y que está en el plan de Dios que se cumpla. Muchas gracias.

Doy gracias a Dios por todos los sacerdotes que vinieron a Fátima, porque fueron invitados por la Virgen María para que sean ellos los precursores de este ejército de los últimos tiempos y a cada uno ya ha encomendado una misión para llevar a cabo, siendo los guías en la tierra para la nueva Iglesia que se está formando: La renovación de la Iglesia católica con sacerdotes ungidos y guiados por el Espíritu Santo.

Bendiciones.

P.D.: Tanta revelación e intimidad no nos sirve de nada si no amamos a nuestro hermano. «Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo» (Mateo 22, 37b-39). El amor es la base de todo y donde se muestra el verdadero fruto de ser guiado e instruido por el Espíritu Santo. Cabe destacar la santidad a la que todos estamos llamados: «Sed Santos como yo soy Santo» (1 Pedro 1, 16).

«Espíritu Santo, ven sobre mí con Tu Poder. Estaré atenta y abierta. Quiero ser una bendición para los demás y sin tus gracias, sin tus dones y sin tus carismas esto es imposible. No quiero brindarme a mí, quiero brindar lo que Tú das. Aspiraré, desearé y procuraré tener mi corazón abierto y mi mentalidad abierta para que fluyas en mí y así los demás puedan alabarte a ti, al ver que operas a través de pequeños como yo. Estoy lista. Estoy en espera. Estoy como en una constante vigilia de Pentecostés. Estoy despierta. Derrámate con Poder y utilízame como quieras. Yo quiero ser Tu canal de Amor. ¡Amén!»

Gracias Papá Dios. A ti toda la Gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Adri (hija amada de Dios, protegida y cuidada por Mamá la Virgen María y guiada por el Espíritu Santo. ¡Esposa de Cristo!).