TESTIMONIO #166
¡Fijaos qué maravilla!
Como nos decía Adriana al final de la Adoración: «Hay que pedir y se os dará.»
Pues mi hermana tiene un pie mal, necrosado, fruto de una bacteria pero también de un supuesto diagnóstico de herpes que no lo tenía. Entonces le recetaron una crema con corticoides que le abrasó el pie, y la bacteria hizo que eso se exacerbara aún más.
Debido a ello, tenía todo el pie negro y tenía que tenerlo todos los días vendado, con curas diarias, etc.
Esta mañana me ha enseñado a mí cómo tenía el pie: el dedo gordo y el siguiente realmente necrosados, negros.
Luego, en la Adoración, con el vendaje puesto, ella estaba allí pidiendo, pidiendo y pidiendo.
Cuando ha subido a casa, me ha enseñado de nuevo el pie ¡y ya no los tiene necrosados!
¡Es súper fuerte!
Es que incluso un agujero que tenía en el dedo gordo, ¡ya no está! Se le ha ido. Y toda esa necrosis, que no se va en unas horas, es que se le ha ido completamente.
Y el otro pie, que ya empezaba también a estar oscuro, pues ahora está muchísimo más limpio.
Es increíble, ¿verdad?
Así que damos gracias y Gloria a Dios que siempre nos permite ver sus bendiciones y sus obras.
Que todo sea para su Gloria y para que nosotros, como nos ha dicho el Señor a través de tantas palabras, seamos conscientes de lo recibido y que lo pongamos a trabajar con decisión y sin dudar para su Gloria.
Un abrazo para todos.
Bendiciones.
Con gran alegría compartimos contigo, en la siguiente foto, el antes y el después: